Cuando era chico me volvía loco pasarme meses leyendo un libro y que me queden solo recuerdos fugaces, dos o tres frases.
Me enojaba cuando aparecía en mi mente una idea, que sabía que había leído en tal o cual libro, pero cuando iba a buscar el libro en cuestión para refrescarla o profundizar, no podía encontrarla.
Por eso, casi como un acto reflejo, nació esta técnica que ya llevo perfeccionando hace más de 20 años, y que te explico en este video.
Ya sé, es re obsesiva, pero cada quien con sus pasiones. Esta es la mía.